Horacio Quiroga "La gallina degollada
-- [[The decapitated Chicken] Edición bilingüe, español- inglés, de Miguel Garci-Gomez Dept. Romance Studies of Duke University --
Todo el día, sentados en el patio, en un banco estaban los cuatro hijos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz. Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos, y volvían la cabeza con la boca abierta.
All day long the four idiot sons of the couple Mazzini-Ferraz sat on a bench in the patio. Their tongues protruded from between their lips; their eyes were dull; their mouths hung open as they turned their heads.
El patio era de tierra, cerrado al oeste por un cerco de ladrillos. El banco quedaba paralelo a él, a cinco metros, y allí se mantenían inmóviles, fijos los ojos en los ladrillos. Como el sol se ocultaba tras el cerco, al declinar los idiotas tenían fiesta. La luz enceguecedora llamaba su atención al principio, poco a poco sus ojos se animaban; se reían al fin estrepitosamente, congestionados por la misma hilaridad ansiosa, mirando el sol con alegría bestial, como si fuera comida.
The patio had an earthen floor and was closed to the west by a brick wall. The bench was five feet from the wall, parallel to it, and there they sat, motionless, their gaze fastened on the bricks. As the sun went down, disappearing behind the wall, the idiots rejoiced. The blinding light was always what first gained their attention; little by little by little their eyes lighted up; finally, they would laugh uproariously, each infected by the same uneasy hilarity, staring at the sun with bestial joy, as if it were something to eat.
Otra veces, alineados en el banco, zumbaban horas enteras, imitando al tranvía eléctrico. Los ruidos fuertes sacudían asimismo su inercia, y corrían entonces, mordiéndose la lengua y mugiendo, alrededor del patio. Pero casi siempre estaban apagados en un sombrío letargo de idiotismo, y pasaban todo el día sentados en su banco, con las piernas colgantes y quietas, empapando de glutinosa saliva el pantalón.
Other times, lined up on the bench, they hummed for hours on end, imitating the sound of the trolley. Loud noises, too, shook them from their inertia, and at those times they ran around the patio, biting their tongues and mewing. But almost always they were sunk in the somber lethargy of idiocy, passing the entire day seated on their bench, their legs hanging motionless, dampening their pants with slobber.
El mayor tenía doce años y el menor, ocho. En todo su aspecto sucio y desvalido se notaba la falta absoluta de un poco de cuidado maternal.
The oldest was twelve and the youngest eight. Their dirty and slovenly appearance was testimony to the total lack of maternal care.
Esos cuatro idiotas, sin embargo, habían sido un día el encanto de sus padres. A los tres meses de casados, Mazzini y Berta orientaron su estrecho amor de marido y mujer, y mujer y marido, hacia un porvenir mucho más vital: un hijo. ¿Qué mayor dicha para dos enamorados que esa honrada consagración de su cariño, libertado ya del vil egoísmo de un mutuo amor sin fin ninguno y, lo que es peor para el amor mismo, sin esperanzas posibles de renovación?
These four idiots, nevertheless, had once been the joy of their parents’ lives. When they had been married three months, Mazzini and Berta had oriented the self-centered love of man and wife, wife and husband, toward a more vital future: a son. What greater happiness for two people in love than that blessed consecration of an affection liberated from the vile egotism of purposeless love and -what is worse for love itself- love without any possible hope of renewal?
Así lo sintieron Mazzini y Berta, y cuando el hijo llegó, a los catorce meses de matrimonio, creyeron cumplida su felicidad. La criatura creció bella y radiante, hasta que tuvo año y medio. Pero en el vigésimo mes sacudiéronlo una noche convulsiones terribles, y a la mañana siguiente no conocía más a sus padres. El médico lo examinó con esa atención profesional que está visiblemente buscando las causas del mal en las enfermedades de los padres.
So thought Mazzini and Berta, and, when after fourteen months of matrimony their son arrived, they felt happiness complete. The child prospered, beautiful, radiant, for a year and a half. But one night in his twentieth month he was racked by terrible convulsions, and the following morning he no longer recognized his parents. The doctor examined him with the kind of professional attention that obviously seeks to find the cause of the illness in the infirmities of the parents.
Después de algunos días los miembros paralizados recobraron el movimiento; pero la inteligencia, el alma, aun el instinto, se habían ido del todo; había quedado profundamente idiota, baboso, colgante, muerto para siempre sobre las rodillas de su madre.
After a few days the child’s paralyzed limbs recovered their movement, but the soul, the intelligence, even instinct, were gone forever. He lay on his mother’s lap, an idiot, driveling, limp, to all purposes dead.
—¡Hijo, mi hijo querido! —sollozaba ésta, sobre aquella espantosa ruina de su primogénito.
“Son, my dearest son!” the mother sobbed over the frightful ruin of her first-born.
El padre, desolado, acompañó al médico afuera.
The father, desolate, accompanied the doctor outside.
—A usted se le puede decir: creo que es un caso perdido. Podrá mejorar, educarse en todo lo que le permita su idiotismo, pero no más allá.
“I can say it to you; I think it is a hopeless case. He might improve, be educated to the degree his idiocy permits, but nothing more.”
—¡Sí!… ¡Sí! —asentía Mazzini—. Pero dígame: ¿Usted cree que es herencia, que…?
“Yes! Yes…!” Mazzini assented. “But tell me: do you think it is heredity, that?…”
—En cuanto a la herencia paterna, ya le dije lo que creía cuando vi a su hijo. Respecto a la madre, hay allí un pulmón que no sopla bien. No veo nada más, pero hay un soplo un poco rudo. Hágala examinar detenidamente.
“As far as the paternal heredity is concerned, I told you what I thought when I saw your son. As for the mother’s, there’s a lung there that doesn’t sound too good. I don’t see anything else, but her breathing is slightly ragged. Have her thoroughly examined.
Con el alma destrozada de remordimiento, Mazzini redobló el amor a su hijo, el pequeño idiota que pagaba los excesos del abuelo. Tuvo asimismo que consolar, sostener sin tregua a Berta, herida en lo más profundo por aquel fracaso de su joven maternidad.
With his soul tormented by remorse, Mazzini redoubled his love for his son, the idiot child who was paying for the excesses of his grandfather. At the same time he had to console, to ceaselessly sustain Berta, who was wounded to the depths of her being by the failure of her young motherhood.
Como es natural, el matrimonio puso todo su amor en la esperanza de otro hijo. Nació éste, y su salud y limpidez de risa reencendieron el porvenir extinguido. Pero a los dieciocho meses las convulsiones del primogénito se repetían, y al día siguiente el segundo hijo amanecía idiota.
As is only natural, the couple put all their love into the hopes for another son. A son was born, and his health and the clarity of his laughter rekindled their extinguished hopes. But at eighteen months the convulsions of the first-born were repeated, and on the following morning the second son awoke an idiot.
Esta vez los padres cayeron en honda desesperación. ¡Luego su sangre, su amor estaban malditos! ¡Su amor, sobre todo! Veintiocho años él, veintidós ella, y toda su apasionada ternura no alcanzaba a crear un átomo de vida normal. Ya no pedían más belleza e inteligencia como en el primogénito; ¡pero un hijo, un hijo como todos!
This time the parents fell into complete despair. So it was their blood, their love, that was cursed. Especially their love. He, twenty-eight; she, twenty-two; and all their passionate tenderness had not succeeded in creating one atom of normal life. They no longer asked for beauty and intelligence as for the first born – only a son, a son like any other!
Del nuevo desastre brotaron nuevas llamaradas del dolorido amor, un loco anhelo de redimir de una vez para siempre la santidad de su ternura. Sobrevinieron mellizos, y punto por punto repitióse el proceso de los dos mayores.
From the second disaster burst forth new flames of aching love, a mad desire to redeem once and for all the sanctity of their tenderness. Twins were born; and step by step the history of the two older brothers was repeated.
Mas por encima de su inmensa amargura quedaba a Mazzini y Berta gran compasión por sus cuatro hijos. Hubo que arrancar del limbo de la más honda animalidad, no ya sus almas, sino el instinto mismo, abolido. No sabían deglutir, cambiar de sitio, ni aun sentarse. Aprendieron al fin a caminar, pero chocaban contra todo, por no darse cuenta de los obstáculos. Cuando los lavaban mugían hasta inyectarse de sangre el rostro. Animábanse sólo al comer, o cuando veían colores brillantes u oían truenos. Se reían entonces, echando afuera lengua y ríos de baba, radiantes de frenesí bestial. Tenían, en cambio, cierta facultad imitativa; pero no se pudo obtener nada más.
Even so, beyond the immense bitterness, Mazzini and Berta maintained great compassion for their four sons. They must wrest from the limbo of deepest animality, not their souls, lost now, but instinct itself. The boys could not swallow, move about or even sit up. They learned, finally, to walk, but they bumped into things because they took no notice of obstacles. When they were washed, they mewed and gurgled until their faces were flushed. They were animated only by food or when they saw brilliant colors or heard thunder. Then they laughed, radiant with bestial frenzy, pushing out their tongues and spewing rivers of slaver. On the other hand, they possessed a certain imitative faculty, but nothing more.
Con los mellizos pareció haber concluido la aterradora descendencia. Pero pasados tres años desearon de nuevo ardientemente otro hijo, confiando en que el largo tiempo transcurrido hubiera aplacado a la fatalidad.
The terrifying line of descent seemed to have been ended with the twins. But with the passage of three years Mazzini and Berta once again ardently desired another child, trusting that the long interim would have appeased their destiny.
No satisfacían sus esperanzas. Y en ese ardiente anhelo que se exasperaba en razón de su infructuosidad, se agriaron. Hasta ese momento cada cual había tomado sobre sí la parte que le correspondía en la miseria de sus hijos; pero la desesperanza de redención ante las cuatro bestias que habían nacido de ellos echó afuera esa imperiosa necesidad de culpar a los otros, que es patrimonio específico de los corazones inferiores.
Their hopes were not satisfied. And because of this burning desire and exasperation from its lack of fulfillment, the husband and wife grew bitter. Until this time each had taken his own share of responsibility for the misery their children had caused, but hopelessness for the redemption of the four animals born to them finally created that imperious necessity to blame others that is the specific patrimony of inferior hearts.
Iniciáronse con el cambio de pronombre: tus hijos. Y como a más del insulto había la insidia, la atmósfera se cargaba.
It began with a change of pronouns: your sons. And since they intended to trap, as well as insult each other, the atmosphere became charged.
—Me parece —díjole una noche Mazzini, que acababa de entrar y se lavaba las manos—que podrías tener más limpios a los muchachos.
“It seems to me,” Mazzini, who had just come in and was washing his hands, said to Berta, “that you could keep the boys cleaner.”
Berta continuó leyendo como si no hubiera oído.
As if she hadn’t heard him, Berta continued reading.
—Es la primera vez —repuso al rato— que te veo inquietarte por el estado de tus hijos.
“It’s the first time,” she replied after a pause, “I’ve seen you concerned about the condition of your sons.”
Mazzini volvió un poco la cara a ella con una sonrisa forzada:
Mazzini turned his head toward her with a forced smile.
—De nuestros hijos, ¿me parece?
“Our sons, I think.”
—Bueno, de nuestros hijos. ¿Te gusta así? —alzó ella los ojos.
“All right, our sons. Is that the way you like it?” She raised her eyes.
Esta vez Mazzini se expresó claramente:
This time Mazzini expressed himself clearly.
—¿Creo que no vas a decir que yo tenga la culpa, no?
“Surely you’re not going to say I’m to blame, are you?”
—¡Ah, no! —se sonrió Berta, muy pálida— ¡pero yo tampoco, supongo!… ¡No faltaba más!… —murmuró.
“Oh, no!” Berta smiled to herself, very pale. “But neither am I, I imagine! That’s all I needed…,” she murmured.
—¿Qué no faltaba más?
“What? What’s all you needed?”
—¡Que si alguien tiene la culpa, no soy yo, entiéndelo bien! Eso es lo que te quería decir.
“Well, if anyone’s to blame, it isn’t me, just remember that! That’s what I meant.”
Su marido la miró un momento, con brutal deseo de insultarla.
Her husband looked at her for a moment with a brutal desire to wound her.
—¡Dejemos! —articuló, secándose por fin las manos.
“Let’s drop it!” he said finally, drying his hands.
—Como quieras; pero si quieres decir…
“As you wish, but if you mean…”
—¡Berta!
“Berta!”
—¡Como quieras!
“As you wish!”
Éste fue el primer choque y le sucedieron otros. Pero en las inevitables reconciliaciones, sus almas se unían con doble arrebato y locura por otro hijo.
This was the first clash, and other followed. But, in the inevitable reconciliations, their souls were united in redoubled rapture and eagerness for another child.
Nació así una niña. Vivieron dos años con la angustia a flor de alma, esperando siempre otro desastre. Nada acaeció, sin embargo, y los padres pusieron en ella toda su complaciencia, que la pequeña llevaba a los más extremos límites del mimo y la mala crianza.
So a daughter was born. Mazzini and Berta lived for two years with anguish as their constant companion, always expecting another disaster. It did not occur, however, and the parents focused all their contentment on their daughter, who took advantage of their indulgence to become spoiled and very badly behaved.
Si aún en los últimos tiempos Berta cuidaba siempre de sus hijos, al nacer Bertita olvidóse casi del todo de los otros. Su solo recuerdo la horrorizaba, como algo atroz que la hubieran obligado a cometer. A Mazzini, bien que en menor grado, pasábale lo mismo. No por eso la paz había llegado a sus almas. La menor indisposición de su hija echaba ahora afuera, con el terror de perderla, los rencores de su descendencia podrida. Habían acumulado hiel sobrado tiempo para que el vaso no quedara distendido, y al menor contacto el veneno se vertía afuera. Desde el primer disgusto emponzoñado habíanse perdido el respeto; y si hay algo a que el hombre se siente arrastrado con cruel fruición es, cuando ya se comenzó, a humillar del todo a una persona. Antes se contenían por la mutua falta de éxito; ahora que éste había llegado, cada cual, atribuyéndolo a sí mismo, sentía mayor la infamia de los cuatro engendros que el otro habíale forzado a crear.
Although even in the later years Berta had continued to care for the four boys, after Bertita’s birth she virtually ignored the other children. The very thought of them horrified her, like the memory of something atrocious she had been forced to perform. The same thing happened to Mazzini, though to a lesser degree. Nevertheless, their souls had not found peace. Their daughter’s least indisposition now unleashed -because of the terror of losing her- the bitterness created by their unsound progeny. Bile had accumulated for so long that the distended viscera spilled venom at the slightest touch. From the moment of the first poisonous quarrel Mazzini and Berta had lost respect for one another, and if there is anything to which man feels himself drawn with cruel fulfillment it is, once begun, the complete humiliation of another person. Formerly they had been restrained by their mutual failure; now that success had come, each, attributing it to himself, felt more strongly the infamy of the four misbegotten sons the other had forced him to create.
Con estos sentimientos, no hubo ya para los cuatro hijos mayores afecto posible. La sirvienta los vestía, les daba de comer, los acostaba, con visible brutalidad. No los lavaban casi nunca. Pasaban todo el día sentados frente al cerco, abandonados de toda remota caricia. De este modo Bertita cumplió cuatro años, y esa noche, resultado de las golosinas que era a los padres absolutamente imposible negarle, la criatura tuvo algún escalofrío y fiebre. Y el temor a verla morir o quedar idiota, tornó a reabrir la eterna llaga.
With such emotions there was no longer any possibility of affection for the four boys. The servant dressed them, fed them, put them to bed, with gross brutality. She almost never bathed them. They spent most of the day facing the wall deprived of anything resembling a caress. So Bertita celebrated her fourth birthday, and that night, as a result of the sweets her parents were incapable of denying her, the child had a slight chill and fever. And the fear of seeing her die or become an idiot opened once again the ever-present wound.
Hacía tres horas que no hablaban, y el motivo fue, como casi siempre, los fuertes pasos de Mazzini.
For three hours they did not speak to each other, and, as usual, Mazzini’s swift pacing served as a motive.
—¡Mi Dios! ¿No puedes caminar más despacio? ¿Cuántas veces…?
“My God! Can’t you walk more slowly? How many times…?”
—Bueno, es que me olvido; ¡se acabó! No lo hago a propósito.
“All right, I just forget. I’ll stop. I don’t do it on purpose.”
Ella se sonrió, desdeñosa: —¡No, no te creo tanto!
She smiled, disdainful. “No, no, of course I don’t think that of you!”
—Ni yo jamás te hubiera creído tanto a ti… ¡tisiquilla!
“And I would never had believed that of you…you consumptive!”
—¡Qué! ¿Qué dijiste?…
“What! What did you say?”
—¡Nada!
“Nothing!”
—¡Sí, te oí algo! Mira: ¡no sé lo que dijiste; pero te juro que prefiero cualquier cosa a tener un padre como el que has tenido tú!
“Oh, yes, I heard you say something! Look, I don’t know what you said, but I swear I’d prefer anything to having a father like yours!”
Mazzini se puso pálido.
Mazzini turned pale.
—¡Al fin! —murmuró con los dientes apretados—. ¡Al fin, víbora, has dicho lo que querías!
“At last!” he muttered between clenched teeth. “At last, viper, you’ve said what you’ve been wanting to!”
—¡Sí, víbora, sí! Pero yo he tenido padres sanos, ¿oyes?, ¡sanos! ¡Mi padre no ha muerto de delirio! ¡Yo hubiera tenido hijos como los de todo el mundo! ¡Esos son hijos tuyos, los cuatro tuyos!
“Yes, a viper, yes! But I had healthy parents, you hear? Healthy! My father didn’t die in delirium! I could have had sons like anybody else’s! Those are your sons, those four!”
Mazzini explotó a su vez.
Mazzini exploded in his turn.
—¡Víbora tísica! ¡eso es lo que te dije, lo que te quiero decir! ¡Pregúntale, pregúntale al médico quién tiene la mayor culpa de la meningitis de tus hijos: mi padre o tu pulmón picado, víbora!
“Consumptive viper! That’s what I called you, what I want to tell you! Ask him, ask the doctor who’s to blame for your sons’ meningitis: my father or your rotten lung? Yes, viper!”
Continuaron cada vez con mayor violencia, hasta que un gemido de Bertita selló instantáneamente sus bocas. A la una de la mañana la ligera indigestión había desaparecido, y como pasa fatalmente con todos los matrimonios jóvenes que se han amado intensamente una vez siquiera, la reconciliación llegó, tanto más efusiva cuanto infames fueran los agravios.
They continued with increasing violence, until a moan from Bertita instantly sealed their lips. By one o’clock in the morning the child’s light indigestion had disappeared, and, as it inevitably happens with all young married couples who have loved intensely, even for a while, they effected a reconciliation, all the more effusive for the infamy of the offenses.
Amaneció un espléndido día, y mientras Berta se levantaba escupió sangre. Las emociones y mala noche pasada tenían, sin duda, gran culpa. Mazzini la retuvo abrazada largo rato, y ella lloró desesperadamente, pero sin que ninguno se atreviera a decir una palabra.
A splendid day dawned, and as Berta arose she spit up blood. Her emotion and the terrible night were, without any doubt, primarily responsible. Mazzini held her in his embrace for a long while, and she cried hopelessly, but neither of them dared to say a word.
A las diez decidieron salir, después de almorzar. Como apenas tenían tiempo, ordenaron a la sirvienta que matara una gallina.
At ten, they decided that after lunch they would go out. They were pressed for time so they ordered the servant to kill a hen.
El día radiante había arrancado a los idiotas de su banco. De modo que mientras la sirvienta degollaba en la cocina al animal, desangrándolo con parsimonia (Berta había aprendido de su madre este buen modo de conservar la frescura de la carne), creyó sentir algo como respiración tras ella. Volvióse, y vio a los cuatro idiotas, con los hombros pegados uno a otro, mirando estupefactos la operación… Rojo… rojo…
The brilliant day had drawn the idiots from their bench. So while the servant was cutting off the head of the chicken in the kitchen, bleeding it parsimoniously (Berta had learned from her mother this effective method of conserving the freshness of the meat), she thought she sensed something like breathing behind her. She turned and saw the four idiots, standing shoulder to shoulder, watching the operation with stupefaction. Red…Red…
—¡Señora! Los niños están aquí, en la cocina.
“Senora! The boys are here in the kitchen.”
Berta llegó; no quería que jamás pisaran allí. ¡Y ni aun en esas horas de pleno perdón, olvido y felicidad reconquistada, podía evitarse esa horrible visión! Porque, naturalmente, cuando más intensos eran los raptos de amor a su marido e hija, más irritado era su humor con los monstruos.
Berta came in immediately; she never wanted them to set foot in the kitchen. Not even during these hours of full pardon, forgetfulness, and regained happiness could she avoid this horrible slight! Because, naturally, the more intense her raptures of love for her husband and daughter, the greater her loathing for the monsters.
—¡Que salgan, María! ¡Échelos! ¡Échelos, le digo!
“Get them out of here, Maria!” Throw them out! Throw them out, I tell you!”
Las cuatro pobres bestias, sacudidas, brutalmente empujadas, fueron a dar a su banco.
The four poor little beasts, shaken and brutally shoved, went back to their bench.
Después de almorzar salieron todos. La sirvienta fue a Buenos Aires y el matrimonio a pasear por las quintas. Al bajar el sol volvieron; pero Berta quiso saludar un momento a sus vecinas de enfrente. Su hija escapóse enseguida a casa.
After lunch, everyone went out; the servant to Buenos Aires and the couple and child for a walk among the country houses. They returned as the sun was sinking, but Berta wanted to talk for a while with her neighbors across the way. Her daughter quickly ran into the house.
Entretanto los idiotas no se habían movido en todo el día de su banco. El sol había traspuesto ya el cerco, comenzaba a hundirse, y ellos continuaban mirando los ladrillos, más inertes que nunca.
In the meantime, the idiots had not moved from their bench the whole day. The sun had crossed the wall now, beginning to sink behind it, while they continued to stare at the bricks, more sluggish than ever.
De pronto algo se interpuso entre su mirada y el cerco. Su hermana, cansada de cinco horas paternales, quería observar por su cuenta. Detenida al pie del cerco, miraba pensativa la cresta. Quería trepar, eso no ofrecía duda. Al fin decidióse por una silla desfondada, pero aun no alcanzaba. Recurrió entonces a un cajón de kerosene, y su instinto topográfico hízole colocar vertical el mueble, con lo cual triunfó.
Suddenly, something came between their line of vision and the wall. Their sister, tired of five hours with her parents, wanted to look around a bit on her own. She paused at the base of the wall and looked thoughtfully at its summit. She wanted to climb it; this could not be doubted. Finally she decided on a chair with the seat missing, but still she couldn’t reach the top. Then she picked up a kerosene tin, and, with a fine sense of relative space, placed it upright on the chair – with which she triumphed.
Los cuatro idiotas, la mirada indiferente, vieron cómo su hermana lograba pacientemente dominar el equilibrio, y cómo en puntas de pie apoyaba la garganta sobre la cresta del cerco, entre sus manos tirantes. Viéronla mirar a todos lados, y buscar apoyo con el pie para alzarse más.
The four idiots, their gaze indifferent, watched how their sister succeeded patiently in gaining her equilibrium and how, on tiptoe, she rested her neck against the top of the wall between her straining hands. They watched her search everywhere for a toehold to climb up higher.
Pero la mirada de los idiotas se había animado; una misma luz insistente estaba fija en sus pupilas. No apartaban los ojos de su hermana mientras creciente sensación de gula bestial iba cambiando cada línea de sus rostros. Lentamente avanzaron hacia el cerco. La pequeña, que habiendo logrado calzar el pie iba ya a montar a horcajadas y a caerse del otro lado, seguramente sintióse cogida de la pierna. Debajo de ella, los ocho ojos clavados en los suyos le dieron miedo.
The idiots’ gaze became animated; the same insistent light fixed in all their pupils. Their eyes were fixed on their sister, as the growing sensation of bestial gluttony changed every line of their faces. Slowly they advanced toward the wall. The little girl, having succeeded in finding a toehold and about to straddle the wall and surely fall off the other side, felt herself seized by one leg. Below her, the eight eyes staring into hers frightened her.
—¡Soltáme! ¡Déjame! —gritó sacudiendo la pierna. Pero fue atraída.
“Let loose! Let me go!” she cried, shaking her leg, but she was captive.
—¡Mamá! ¡Ay, mamá! ¡Mamá, papá! —lloró imperiosamente. Trató aún de sujetarse del borde, pero sintióse arrancada y cayó.
“Mama! Oh, Mama! Mama, Papa!” she cried imperiously. She tried still to cling to the top of the wall but she felt herself pulled, and she fell.
—Mamá, ¡ay! Ma. . . —No pudo gritar más. Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado a la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo por segundo.
“Mama, oh, Ma——” She could cry no more. One of the boys squeezed her neck, parting her curls as if they were feathers, and the other three dragged her by one leg toward the kitchen where that morning the chicken had been bled, holding her tightly, drawing the life out of her second by second.
Mazzini, en la casa de enfrente, creyó oír la voz de su hija.
Mazzini, in the house across the way, thought he heard his daughter’s voice.
—Me parece que te llama—le dijo a Berta.
“I think she’s calling you,” he said to Berta.
Prestaron oído, inquietos, pero no oyeron más. Con todo, un momento después se despidieron, y mientras Berta iba dejar su sombrero, Mazzini avanzó en el patio.
They listened, uneasy, but heard nothing more. Even so, a moment later they said good-by, and, while Berta went to put up her hat, Mazzini went into the patio.
—¡Bertita!
“Bertita!”
Nadie respondió.
No one answered.
—¡Bertita! —alzó más la voz, ya alterada.
“Bertita! He raised his already altered voice.
Y el silencio fue tan fúnebre para su corazón siempre aterrado, que la espalda se le heló de horrible presentimiento.
The silence was so funeral to his eternally terrified heart that a chill of horrible presentiment ran to his spine.
—¡Mi hija, mi hija! —corrió ya desesperado hacia el fondo. Pero al pasar frente a la cocina vio en el piso un mar de sangre. Empujó violentamente la puerta entornada, y lanzó un grito de horror.
“My daughter, my daughter!” He ran frantically toward the back of the house. But as he passed by the kitchen he saw a sea of blood on the floor. he violently pushed open the half-closed door and uttered a cry of horror.
Berta, que ya se había lanzado corriendo a su vez al oír el angustioso llamado del padre, oyó el grito y respondió con otro. Pero al precipitarse en la cocina, Mazzini, lívido como la muerte, se interpuso, conteniéndola:
Berta, who had already started running when she heard Mazzini’s anguished call, cried out too. But as she rushed toward the kitchen, Mazzini, livid as death, stood in her way, holding her back.
—¡No entres! ¡No entres!
“Don’t go in. Don’t go in.”
Berta alcanzó a ver el piso inundado de sangre. Sólo pudo echar sus brazos sobre la cabeza y hundirse a lo largo de él con un ronco suspiro.
“But Berta had seen the blood-covered floor. She could only utter a hoarse cry, throw her arms above her head, and, leaning against her husband, sink slowly to the floor.